jueves, 22 de noviembre de 2012

El placer de leer


Desde hace días ronda en mi cabeza las respuestas a una pregunta que me hice alguna vez: ¿Porqué me gusta leer?

Para responder esta pregunta debo remontarme a la época en cursaba bachillerato; ya que en esos tiempos, no era ni de cerca un apasionado de la lectura. Mi vida transcurría al ritmo del fútbol, la televisión y las charlas y juegos con amigos. Pero durante el bachillerato recuerdo haber leído cuatro libros (todos por obligación). El Principito en 6º grado, Juan Salvador Gaviota en 7º, Cóndores no entierran todos los días en 8º y El Túnel en 9º. Estoy seguro que me tocó leer más libros, pero la verdad es que esos son los que quedaron en mi memoria y que estoy seguro de haber leído. Recuerdo que me daba mucha pereza tener qué leerme un libro y mi mamá me ayudaba o se aseguraba que lo leyera (tomándome la lección). Pero la verdad es que disfrutaba mucho más otras cosas, como ver fútbol (hay qué recordar que durante esa época la selección Colombia de fútbol estaba jugando como nunca lo había hecho y al parecer como nunca jamás lo volvería a hacer).

Hay otro detalle que vale la pena mencionar y es que mis papás han sido buenos lectores y en la casa se ha contado con una buena biblioteca. Aunque nunca me obligaron a leer, sí recuerdo que ellos leían bastante.

Así pues, terminado el bachillerato y sin ningún interés por la lectura, tuve un breve paso por el servicio militar, durante el cual recuerdo haber leído a Neruda y sus Veinte Poemas de Amor y Una Canción Desesperada. Y esto por que estaba tragado de una ex compañera del colegio con quien tuve un breve affaire durante la excursión a San Andrés, que tradicionalmente se realizaba al terminar el último año de colegio. Sin embargo el servicio militar no deja muchas energías para leer, así que fue lo único que leí.

Luego de regresar de aquella breve aventura por las tierras del magdalena medio, ingresé a la Universidad, a la Javeriana para ser exactos; a estudiar (como muchos lo saben), ingeniería electrónica. Y fue ahí, donde mi camino y el camino de la literatura se encontraron.

Me encontraba en segundo semestre y con la firme decisión de encontrar una alternativa que me permitiera no llenar mi cabeza con solamente números y circuitos. Razón por la cual entré al taller de narración oral (o cuentería).  Como era lógico, fue necesario que empezara a buscar historias para contar y me fui introduciendo en el mundo de los cuentos. Ahí empezó mi recorrido como lector, pues estaba ávido de historias.

Fueron muchos los cuentos que leí; aunque no los estaba disfrutado al máximo, pues en mi cabeza estaba era el objetivo de encontrar historias para ser narradas. Sin embargo, poco a poco fui encontrando el gusto a medida que leía y ya no solo leía para encontrar algo para contar; sino que empecé a querer conocer esos autores. Así empecé a leer a Mario Benedetti y sus cuentos. Este fue mi primer autor favorito y uno de los primeros cuentos que conté fue de él. El cuento se titula Miss Amnesia y es uno de mis favoritos. Incluso en algún momento quise hacer un cortometraje basado en este cuento (pero esa es otra historia).

En los cuentos de Benedetti encontré otros mundos, otras realidades; en donde se evidenciaba cómo la situación política de Uruguay atravesaba estas historias. Esto me llevó a conocer más de este autor y llegué a la poesía y luego a sus novelas. Con la poesía me encontré todo un universo de poemas para dedicar y en sus novelas encontré una inmersión en ese mundo golpeado por las dictaduras militares.

Poco a poco fueron llegando otros escritores. Y también poco a poco, los libros se fueron convirtiendo en algo fundamental. De la biblioteca de la universidad prestaba libros de matemáticas, electrónica y de literatura. Conocí a Ambroce Bierce, Jack London, Anton Chejov, Edgar Allan Poe, Herman Hesse, Ray Bradbury, Asimov, etc. Pero era la literatura latinoamericana era la que más disfrutaba. Y esto se debía a escritores como Julio Cortázar, el Gran Cronopio, quien rápidamente se convirtió en mi preferido. Sus historias…  no sabría cómo definirlas, pero aran algo fabuloso que desconcertaban con magistral elegancia. Con Cortázar y Rayuela conocí Buenos Aires y París y encontré que la literatura era infinita y que una novela puede ser varias novelas al mismo tiempo.

Luego conocí a Jorge Luis Borges y fue en ese momento que encontré un nuevo escritor favorito. Con Borges y sus magistrales cuentos, pude conocer aquel lugar donde todo se conjuga en un mismo instante y lugar (El Aleph) y también conocí a aquel hombre llamado Funes quien tenía una memoria excepcional (Funes el Memorioso), quien para recordar todo lo que había visto el día anterior, requería exactamente un día para contarlo. Con Borges conocí las maravillas de los laberintos y los juegos con ese paradójico laberinto llamado tiempo (ya me dieron ganas de volver a leer a Borges).

A través de la literatura pasé al cine y a la elaboración de guiones, también gracias al grupo de narración; pues la relación entre contar un cuento y llevar a imágenes una historia, es muy grande. Y este fue un momento decisivo en mi modo de leer, pues es a partir de este momento en que las historias que leía se convertían en imágenes automáticamente. Y fue necesario volver a leer aquellas historias que ya conocía para volver a vivirlas, esta vez de otro modo.

El tiempo fue pasando y la universidad también. Con la narración oral llegué a la literatura y pude entablar relaciones con personas excepcionales y únicas. Personas con quienes compartía ese gusto por leer. Con ellos conocí nuevos autores y nuevos mundos, compartimos aventuras en esos mundos que habitan sólo en libros. Hablar sobre literatura con amigos genera un especial placer.

En fin, leer me ha permitido conocer París, Buenos Aires, Tokio, Praga, La Comarca, Desembarco del rey, Invernalia, Montevideo, El Infierno, Marte, Londres… He podido ver dragones, elfos, gigantes, reyes, asesinos. He sido testigo de grandes tormentas en el mar, de asesinatos sin piedad e ingeniosos crímenes, de grandes batallas, de venganzas fríamente calculadas.

Leer me ha permitido ver las cosas de otro modo. No puedo asegurar que sea una mejor persona gracias a eso, o que me haya hecho más inteligente, o que me permita entender y analizar mejor las cosas. Lo que sí puedo asegurar es que he vivido aventuras increíbles. He reído, he llorado, me he asustado, me he llenado de rabia, pero también de alegría. Cuando abro un libro, me embarga una sensación de ansiedad por conocer qué va a pasar. Esa sensación comparable a cuando se va iniciar un viaje. La ansiedad por conocer a los personajes es grande y los nervios se ponen de punta al iniciar la lectura y cuando se llega al clímax de la historia.

A medida que la historia avanza, la imaginación vuela en busca de respuestas y de anticipar lo que va a pasar. A medida que la historia avanza, es inevitable encariñarse con unos personajes y odiar a otros. Pero cuando la historia va a terminar me embarga una sensación de tristeza por despedirme de esa historia y de dejar a esos personajes. Pero sé que vendrán otros. He leído libros que me han gustado mucho y otros que no tanto. Incluso hay algunos que no he podido terminar de leer.

El placer de leer ha sido grande y espero seguir disfrutando la lectura. Ahora acostumbro a leer todos los días antes de acostarme y se ha convertido en hábito (¿o en un vicio? Ya no estoy seguro); tanto así, que ahora que fui a Buenos Aires de vacaciones, no pude evitar llevarme un libro y leerlo durante mis vacaciones. En este punto ya no estoy seguro de haber respondido la pregunta de porqué me gusta leer. Simplemente me gusta, lo disfruto (unas veces más que otras). Por ahora sólo tengo claro una cosa: Si algo me ha enseñado la literatura, y en especial a la literatura fantástica, es que todo es posible.

sábado, 23 de junio de 2012

Apreciaciones sobre Tokio Blues de Haruki Murakami


Definitivamente cuando leo a Murakami siento una gran satisfacción. Esto lo he confirmado leyendo Tokio Blues (aunque no entiendo porqué lo tradujeron así. El título origina es Norwegian Wood, como la canción de los Beatles). Esta es la tercera novela de este autor que afronto. Aunque no la he terminado, y siempre cabe la posibilidad de quedar decepcionado con el final, el libro me ha gustado.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la influencia musical a través de toda la novela. Comenzando desde su título (Norwegian Wood), donde se puede prever que las canciones de Los Beatles aparecerán de forma recurrente. Para mí ha sido inevitable escuchar las canciones mencionadas y vivir el mundo creado por Murakami, mientras leo. Pero no es sólo Los Beatles, también hay canciones de Jazz a través de la historia, con lo cual recordé a Scott  Fitzgerald (quien entre otras cosas, es uno de los autores que ha influenciado a Murakami). Leer esta novela y escuchar a Miles Davis genera magia.

Por el lado de los personajes, observo personajes muy reales. No son ni buenos ni malos. Son excéntricos, por momentos no saben qué es lo que quieren, actúan según sus convicciones, dudan, se cuestionan, mienten. Son personajes que están perdidos en su mundo. El suicidio ha marcado la personalidad de estos. Y tal vez sea la conjugación de todo esto, lo que hace que sea una novela llena de soledad.

En los otros libros que he leído de este escritor japonés (“El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas” y “1Q84”), siento cómo la soledad atraviesa las historias y sus personajes. En este libro no es la excepción. La soledad marca la historia y marca a sus protagonistas. He sentido cómo la soledad sale del libro y me atrapa dentro de este. Y esto me recuerda que leer es un acto de soledad, donde emprendemos un viaje y somos testigos de lo que sucede en un nuevo mundo.

Me ha llamado mucho la atención la referencia constante que hace a los alimentos. Los personajes comen y beben. Tal vez parezca tonto, pero creo que es importante destacarlo. Y creo que esto se debe a la influencia e importancia que tiene la comida en la cultura oriental.

Otro aspecto que marca la obra de Murakami es la presencia del sexo. Se habla sin tabús de la masturbación, del sexo lésbico, de los encuentros sexuales de sus personajes, de sus erecciones, etc. Lo hace de una forma natural, sin morbo. Y así tiene qué ser, si tenemos en cuenta que el sexo es parte fundamental para el desarrollo de sus historias. Aunque he leído muy poca literatura japonesa, presumo que es un tema tabú.

Una particularidad que he notado es que cuenta primero un resumen del evento y luego entra los detalles. En mi caso, es algo que me ha facilitado la comprensión de la historia. Y esto juega con el ritmo. Además porque en algunos momentos repite algo que ya ha dicho, pero lo dice de una forma diferente o agrega otros detalles.

Para terminar quiero decir que me ha gustado la novela. Quiero terminar de leerla y sabe qué va a pasar. Con Murakami he sentido una satisfacción muy grande, sólo comparable a la que he sentido con Cortázar, Borges y con la saga del señor de los anillos. Tokio Blues es una novela que recomiendo y un buen preámbulo para meterse de lleno en la obra de Murakami. Es un autor que me genera placer al leer.

Por Oscar E. Cadavid Figueroa

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Docentes o estudiantes? He ahí el dilema!

Desde la semana pasada se desató en Twitter, y luego en otros medios, una polémica por la carta de renuncia de Camilo Jiménez (@bocasdeceniza) a la cátedra que dictaba (ver http://elojoenlapaja.blogspot.com/). Considero que sus argumentos son válidos y aunque no soy docente ni soy estudiante, me sentí identificado con lo que expresaba. Luego lei, en otro blog (ver http://www.hojablanca.net/humana-especie/el-medio-es-el-aprendizaje/) una respuesta con muy buenos argumentos, donde una escritora y educadora, de nombre Paola Rubio Ferrer (@antropoLOGIKA), expresaba su desacuerdo con la carta. De nuevo me sentí identificado con lo que expresaba.

En medio de la polémica muchos salieron a apoyar a Camilo Jiménez y otros a defender a los pobrecitos estudiantes, llegando hasta atacar con insultos al atrevido profesor. ¿Cómo se le ocurre a alguien decir algo así de los estudiantes? ¿Cómo alguien se atreve a atacar con semejante infamia? ¿Acaso los estudiantes, no acaban de desmostrarnos a todos su valor en las recientes protestas?

En medio de este ir y venir de trinos, se ha hablado de quién es el responsable. ¿Es culpa de los estudiantes? ¿Es cualpa de los docentes? La verdad es que tanto unos como otros tienen su responsabilidad. Pero considero que tenemos qué ir más allá y no quedarnos en polémicas vacuas. Aquí estamos hablando es de un problema en la Educación; y este es un problema de nosotros como sociedad. La educación no es exclusividad de docentes y estudiantes, es de todos. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad.

Sin embargo, no basta con lanzar acusaciones. A mi entender, el problema de fondo es ¿qué hacer? Porque esto es algo que va más allá de saber redactar párrafos. Tal vez no haya un respuesta clara y contundente; pero sí podemos empezar a trabajar en pro de una solución. El debate que se genera es sano y, desde mi punto de vista, muy oportuno. Ojalá que de este debate podamos sacar conclusiones interesantes y prácticas.

¿Qué opinan ustedes?

viernes, 7 de enero de 2011

La nausea


Es una fría mañana de enero. La noche anterior ha llovido. Me encuentro en la van que me transporta a la empresa. Cuando voy por la 3ª norte, llegando a sameco, mientras hacemos el semáforo, Una tractomula se detiene al lado. Divagando en mis pensamientos, observo lentamente los detalles de esta y un detalle me llama la atención. El tanque de combustible tiene la tapa y un candado asegurándola. Mis divagaciones se interrumpen y rápidamente concluyo que deber ser para que no le roben el combustible. Es increíble que se tenga que llegar a colocarle candado a esa tapa; lo más seguro es que ya le hayan robado. Será lo mismo con los vehículos que dejan parqueados en las calles, durante las noches? El procedimiento de robar gasolina de un vehículo debe consistir en abrir la tapa del tanque, insertar una manguera plástica y generar vacío en el extremo exterior de la manguera, chupándola, para que la gasolina empiece a fluir hasta algún contenedor que previamente se ha preparado. Recuerdo que hace años, cuando teníamos una pecera grande y requería lavarse, el procedimiento para retirar el agua de la pecera era ese. Alguna vez lo intenté e inevitablemente alcancé a tragar algo de agua. Ahora me pregunto, seré yo capaz de sacar gasolina del tanque de un vehículo de esa forma?  En mi mente, se empiezan a formar las imágenes: un carro con la tapa del tanque de combustible abierta, una manguera en una mano y un bidón vacío en la otra. Inserto la manguera en el tanque, y coloco el otro extremo de esta en mi boca. Exhalo aire, coloco el extremo de la manguera en mi boca, absorbo y se viene el combustible sin darme tiempo de retirar la manguera y alcanzo a tragar combustible… siento nauseas; definitivamente no soy capaz.  Ya hemos arrancado, la tractomula ha seguido su camino. La sensación de nauseas persiste. Llego a la empresa y mientras camino a mi oficina trato de borrar esa imagen. Es difícil hacerlo. Nauseas de nuevo.

sábado, 21 de agosto de 2010

Vibrando con el Festival Bandola: 15 años de música al viento!!!



Fue todo un año de espera desde el pasado festival, y hasta que llegó: el tan esperado festival Bandola número 15. Los días previos la ansiedad y las ganas de llegar a Sevilla me inundaban. Finalmente el sábado 14 de agosto salí desde Palmira con mi familia, en un viaje al ritmo de currulaos, pasillos, san juanito, carranga, reggae, salsa y ska; es decir, una antesala de lo que se venía.

Ya en Sevilla, el ambiente de festival se podía sentir por todo lado. Fuimos hasta al hotel a dejar las maletas, luego a almorzar y por fin, a lo que veníamos.

El cantorío de mujeres
Como es ya tradicional, los sábados se realiza el cantorío de mujeres. Escenario por el que desfilan y nos regalan sus voces, hermosas cantoras. Y en esta oportunidad pudimos deleitarnos con las voces de Marta Helena Hoyos, Lilian Salazar, María del Socorro y desde Argentina Flor Dávalos; quienes nos regalaron una experiencia musical inolvidable, dedicada a la fuerza femenina del bicentenario. Fue un excelente cantorío!

Conciertos Invitados 15 años
Una vez terminado el cantorío, inició el concierto en la tarima principal. No voy a nombrar a todos los  grupos que pasaron. Simplemente puedo decirles que fue un gran recorrido musical por casi todos los rincones de nuestra patria. Pudimos escuchar bambucos, reggae, san juanitos, currulaos, cumbiambas, joropos, puyas, porros, merengues y demás ritmos de nuestra américa latina. Pudimos deleitarnos y vibrar con las nuevas expresiones de la música andina colombiana. La fiesta duró hasta las 4:00am, aunque algunos la siguieron, pero había qué descansar; pues todavía quedaba la jornada del domingo.
 Concierto conversado
Ya el domingo, en la mañana, después de un desayuno sevillano, al llegar al parque, nos encontramos con un concierto conversado del grupo Bandola. Entre canción y canción, nos contaban sus aventuras y cómo se tejían las historias del festival. Fue muy divertido, pues como asistentes, nos sentimos más cerca de ellos, conociendo las historias de sus inicios, conociendo el esfuerzo que requiere armar esta fiesta. Fue muy bacano verlos a todos, con la familia ya crecida, cantando el himno del festival, o preguntándonos qué es bueno pal hipo, mientras bailábamos al ritmo del coroteo. El conversatorio llegó a su fin con chuchito el reciclador, donde nos dieron, instrumentos reciclados y participamos del concierto. Era hora ya de almorzar y prepararse para el acto especial de celebración.

Acto de celebración
El 15, faltando 15 minutos para las 15 y 15, en 15 puntos diferentes de la plaza, se presentaron, en simultáneo, 15 conciertos acústicos, con los artistas que participaban en el festival. Fue un momento mágico. La alegría desbordaba en todos los rincones de la plaza de la concordia, la historia llegaba a u clímax. La música sonaba por todos lados, la gente sonreía, el corazón palpitaba con fuerza. Esto es Colombia! Músicas de todo el territorio nacional, sonando en simultánea, llenando de alegría los corazones, tejiendo la historia con cada canción. Poco a poco todos se juntaban en un desfile multicolor, donde sobresalía la hermandad y la camaradería. Sonaban los voladores, surungueaban los tiples, retumbaban las tamboras. Era la alegría en su punto más alto. Todos celebrábamos con el corazón en la mano, los 15 años del festival Bandola.

Concierto de cierre invitados 15 años
Luego del éxtasis alcanzado, y después de un fuerte aguacero que sirvió de antesala al cierre, inició el desfile de artistas en la tarima principal. Como siempre Vientos del Sur se lució, Antara prendió la fiesta con el cover de "Fiesta de locos", Rumbambuqueando presentó su versión de la cucharita, Sin Nombre Son demostró porqué gano el Petronio, Campo Alegre alegró con sus gaitas, Julián Rodríguez nos hizo reir y cantar el feliz cumpleaños Bandola!!!!, Niyireth nos deleitó con su dulce voz, Mayelé y su joropo urbano mostró que el joropo evoluciona, Miller Santanilla nos hizo cantar y bailar joropo, Bandola... sin palabras, como siempre los mejores, Maretira tuvo la tarea de cerrar al ritmo de reggae. Sé que no he mencionado a muchos (Mastay, Cobo, etc); pero todos nos hicieron vibrar con su música.
Finalmente llegó el momento del final y despedir esta edición de la forma tradicional. Con todos los artistas en tarima cantando "tiempo de festival". Poco a poco todos los músicos fueron subiendo al escenario… bueno, creo que es hora de decir, que yo también me subí a la tarima a cantar con todos. Algo me impulsó, tal vez la alegría que había en el ambiente, poder ver desde el escenario a la gente cantando. Podría decirse que fue un pequeño momento de fama, en el cual canté junto a grandes músicos.

Esta fue la quinta vez que fui al festival Bandola y cada vez es especial y es diferente. Las canciones van tejiendo las historias que se viven. Se ven caras nuevas y caras conocidas. La amabilidad de la gente es una constante. El ambiente musical es espectacular. Creo que este festival es una muestra del tesón y el empuje de un grupo de personas que lo da todo para que este sueño se haga realidad año a año

Para mí, es el mejor festival musical, donde podemos encontrarnos con nuestras raíces musicales, las cuales son un punto de partida para la exploración y fusión. Fue una fiesta de 15 espectacular. Ahora sólo resta esperar un año más para celebrar los dulces 16. 

Nos vemos en Sevilla en el 2011
Att. Oscar Cadavid

viernes, 26 de febrero de 2010

Sober El Cadáver Exquisito

El cadáver exquisito ya no beberá,
alguien ha robado su botella de vino
aquella promesa anónima ya no volverá
su vida ya es tan sólo un desatino