Definitivamente
cuando leo a Murakami siento una gran satisfacción. Esto lo he confirmado
leyendo Tokio Blues (aunque no entiendo porqué lo tradujeron así. El título
origina es Norwegian Wood, como la canción de los Beatles). Esta es la tercera
novela de este autor que afronto. Aunque no la he terminado, y siempre cabe la
posibilidad de quedar decepcionado con el final, el libro me ha gustado.
Una
de las cosas que más me ha llamado la atención es la influencia musical a
través de toda la novela. Comenzando desde su título (Norwegian Wood), donde se
puede prever que las canciones de Los Beatles aparecerán de forma recurrente.
Para mí ha sido inevitable escuchar las canciones mencionadas y vivir el mundo
creado por Murakami, mientras leo. Pero no es sólo Los Beatles, también hay
canciones de Jazz a través de la historia, con lo cual recordé a Scott Fitzgerald (quien entre otras cosas, es uno
de los autores que ha influenciado a Murakami). Leer esta novela y escuchar a
Miles Davis genera magia.
Por
el lado de los personajes, observo personajes muy reales. No son ni buenos ni
malos. Son excéntricos, por momentos no saben qué es lo que quieren, actúan
según sus convicciones, dudan, se cuestionan, mienten. Son personajes que están
perdidos en su mundo. El suicidio ha marcado la personalidad de estos. Y tal
vez sea la conjugación de todo esto, lo que hace que sea una novela llena de
soledad.
En
los otros libros que he leído de este escritor japonés (“El fin del mundo y un
despiadado país de las maravillas” y “1Q84”), siento cómo la soledad atraviesa
las historias y sus personajes. En este libro no es la excepción. La soledad
marca la historia y marca a sus protagonistas. He sentido cómo la soledad sale
del libro y me atrapa dentro de este. Y esto me recuerda que leer es un acto de
soledad, donde emprendemos un viaje y somos testigos de lo que sucede en un
nuevo mundo.
Me
ha llamado mucho la atención la referencia constante que hace a los alimentos.
Los personajes comen y beben. Tal vez parezca tonto, pero creo que es
importante destacarlo. Y creo que esto se debe a la influencia e importancia
que tiene la comida en la cultura oriental.
Otro
aspecto que marca la obra de Murakami es la presencia del sexo. Se habla sin
tabús de la masturbación, del sexo lésbico, de los encuentros sexuales de sus
personajes, de sus erecciones, etc. Lo hace de una forma natural, sin morbo. Y así
tiene qué ser, si tenemos en cuenta que el sexo es parte fundamental para el
desarrollo de sus historias. Aunque he leído muy poca literatura japonesa,
presumo que es un tema tabú.
Una
particularidad que he notado es que cuenta primero un resumen del evento y
luego entra los detalles. En mi caso, es algo que me ha facilitado la
comprensión de la historia. Y esto juega con el ritmo. Además porque en algunos
momentos repite algo que ya ha dicho, pero lo dice de una forma diferente o
agrega otros detalles.
Para
terminar quiero decir que me ha gustado la novela. Quiero terminar de leerla y
sabe qué va a pasar. Con Murakami he sentido una satisfacción muy grande, sólo
comparable a la que he sentido con Cortázar, Borges y con la saga del señor de
los anillos. Tokio Blues es una novela que recomiendo y un buen preámbulo para
meterse de lleno en la obra de Murakami. Es un autor que me genera placer al
leer.
Por Oscar E. Cadavid Figueroa
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